

Estamos cada vez más cerca de la Semana Santa, y siguiendo la línea de este blog, vamos a compartir un pequeño artículo sobre este tema. No será el único que aparezca en estos días, pero qué mejor manera que hacerlo hablando de las dos imágenes más veneradas tanto en Priego como en Jaén, donde como sabéis también trabajo como guía.
Este artículo no tiene pretensiones científicas, aunque mantiene la objetividad que el trabajo de un guía profesional debe de tener. Me apetecía mucho compartir con vosotros esta información, debido a la importancia de ambas imágenes y lo que supone tanto para prieguenses como para giennenses.
Además de la devoción que se tiene tanto en Priego como en Jaén a la imagen del Nazareno, la importancia de estas dos obras, va mucho más allá de la creencia. Llamado popularmente uno “el Rey de Priego” y el otro “el abuelo”, su fama trasciende más allá de su patria chica, en cada caso.
El Nazareno de Priego de Córdoba es una obra de Pablo de Rojas (1549-1611) , escultor alcalaíno de gran renombre y muy conocido por ser el maestro de Martínez Montañés, apodado “el dios de la madera”, también oriundo de Alcalá la Real. El de Jaén es una obra anónima atribuida por muchas razones a Sebastián de Solís (1550-1630), artista de origen toledano afincado en Jaén.
Pero, ¿qué tienen en común estas dos imágenes? Para empezar decir que ambas son obras de finales del siglo XVI de dos grandes artistas, ya citados. Además, las dos son magníficas tallas completas, no de las llamadas de candelero o de vestir, a las que solo se les talla las partes visibles como cara y manos.
Ambas imágenes fueron, con posterioridad, vestidas con túnica y a ambas se les puso cabellera de pelo natural y corona de espinas. Este tipo de atuendos están relacionados con la Contrarreforma religiosa que emprende la iglesia desde el Concilio de Trento (1545-1563), y que entre otros muchos dogmas, impulsa la veneración a Jesús, la Virgen y los Santos.
No podemos desvincular nuestra Semana Santa de este Concilio. Desde este momento, para catequizar se multiplican el número de rituales, se sale a la calle y se intenta mover a la emoción, acercando las imágenes a los fieles. Esto ocurría con la utilización de la ropa y las pelucas, que eran elementos de gran naturalidad que añadían mayor realismo a las imágenes.
Se realiza una producción ingente de imaginería de todo tipo, pero la producción más fuerte sería en imaginaría de madera, que comprendería abalorios de todo tipo, entre los que destacan las joyas preciosas, telas bordadas con oro, etc. Todo, esto con expresiones de mucho dolor, de lágrimas, sangre, etc. Las imágenes tendrían unas torsiones específicas; una forma de hablar a voces, por medio de este arte.
La imagen del Nazareno, que ya aparece en el arte paleocristiano y se difunde especialmente durante el gótico, tiene ahora su mayor expresión, y se van a realizar cientos de nazarenos con túnica, cruz a cuestas y expresiones de dolor.
Sin embargo, aunque la iconografía como he dicho anteriormente se establece durante el paleocristiano (Cristo abrazado a la cruz), va a ser el Nazareno de Priego uno de los más antiguas representaciones de este Cristo, y junto al de Jaén, los que van a servir de modelo que luego se va a repetir hasta la saciedad en los siglos XVII y XVIII.
Fue Pablo de Rojas el artista que saca la escultura religiosa del retablo para tratarla en sí misma, cobrando mayor protagonismo. En esta línea trata al Nazareno de Priego. Su policromía casi marmórea, la escasez de sangre, la serenidad de su rostro y el contraposto de su cadera bajo la túnica de tela son características propias del renacimiento donde importa más la idealización de la obra que el dolor o la expresividad, más propia del Barroco. Al Nazareno de Priego no le pesa la cruz, camina erguido con la mirada al frente.

El Nazareno de Jaén, algo posterior, responde al mismo modelo de Rojas, aunque ya aparece algo más humanizado, de manera que a pesar de que baja su cabeza, su rostro tampoco muestra dolor. Al igual que el anterior avanza seguro, aunque con alguna diferencia respecto al anterior.

Mientras el Nazareno de Priego es una escultura con túnica tallada, el de Jaén articula todo el cuerpo, enseñando espalda, brazos y piernas. Si nos fijamos en las piernas, esta imagen las presenta flexionadas, andando, pero ya con las rodillas dobladas, indicando cierto esfuerzo, y por tanto, con mayor realismo que el anterior.
Otro elemento que tienen en común ambas imágenes es su ubicación, en grandes capillas devocionales construidas al calor de las Órdenes religiosas. La Capilla del Nazareno de Priego está en la Iglesia del Convento de San Francisco, terminada hacia 1760, con las trazas de Jerónimo Sánchez Rueda, mientras que la Capilla del Abuelo, denominada Camarín de Jesús, se ubica junto al lo que fuera el Convento de San José de los Carmelitas, y sus trazos fueron dados por Blas Antonio de Delgado, terminada en 1717. Mientras el Nazareno de Priego deambuló por distintas ubicaciones, pero siempre en la Iglesia mal llamada de San Francisco, pues era Iglesia y convento de San Esteban, el Nazareno de Jaén tuvo un itinerario más largo en el espacio y en el tiempo, pasando tras la desarmortización de los carmelitas en el siglo XIX, por el Convento de las Bernardas, la Iglesia de la Merced, y la Catedral de Jaén, hasta que en años recientes se ha restaurado el Camarín, y la imagen ha podido volver.

El Nazareno de Priego sale en procesión el viernes santo a las 11 de la mañana, acompañado por San Juan, la Verónica (tan importante en Jaén), María Magadalena y la Virgen de los Dolores. El de Jaén sale a las 12 de la noche, entre el jueves y el viernes, va acompañado por el Cirineo, San Juán, Santa Marcela (la Verónica), y la Virgen.
Solís, debió conocer la obra de Rojas. Las relaciones entre la diócesis de Jaén y la Abadía de Alcalá la Real, a la que entonces pertenecía Priego, eran frecuentes, tanto en asuntos religiosos, como en asuntos artísticos, y sería normal que unos y otros artistas estuvieran familiarizados y conocieran sus trabajos.
Desde luego sería Pablo de Rojas el que crearía estos tipos de “nazarenos” que luego tanta fortuna van a tener en los siglos XVII y XVIII. El Nazareno de Priego, junto al de Las Angustias de Granada o el de Huértor Vega, también suyos, y el de Jaén, atribución a Solís, van a ser los más antiguos, y por tanto los que luego se van a imitar por otros artistas.
Nota: las imágenes del Nazareno de Priego de Córdoba pertenecen a su Hermandad, y están tomadas de la web pública. Las imágenes del Nazareno de Jaén sin túnica, pertenecen a Félix Díaz Cruz, y están tomadas del blog Simplemente Capillitas , la del Camarín de Jesús es de Tixuz. El resto de imágenes con marca de agua de Barroco Visitas Guiadas pertenecen a esta empresa.
Un comentario
He vuelto a leer este articulo (lo hice por primera vez hace 6 años) y tiene mucho interés al unir estas dos imágenes de Jesús Nazareno, bajo una misma mirada. Mi felicitación.